El gusto por la tradición sigue vivo en Madrid. Muchos son los comercios del centro de la ciudad que han mantenido su temática y estilo durante más de un siglo, sin que la aparición de las grandes superficies les haya mermado ni sus ganas, ni su fiel clientela.
Casa Diego: en 1858 Manuel de Diego abrió una pequeña tienda en la calle del Carmen dedicada a la fabricación y venta de abanicos, paraguas y mantones de Manila. La buena marcha del negocio le permitió trasladarse a los pocos años a la Puerta del Sol, lugar donde hoy la cuarta generación del negocio familiar sigue comerciando con estos productos. Su calidad le ha llevado a trabajar para la Casa Real española e inglesa.
Casa Hernanz: esta pequeña tienda dedicada a la venta de alpargatas y cordelería se fundó en 1880 en la calle Toledo 18. Cuando en los años 60 este tipo de calzado había caído en desuso y su negocio estaba a punto de desaparecer, un golpe de suerte de la mano del modisto Yves Saint Laurent, que vistió sus pasarelas con este calzado y lo redescubrió, hizo que se pusieran de moda y centenares de clientes acudieran a su tienda para pedir sus alpargatas cosidas a mano.
Hoy en día desde este pequeño negocio se llega a comercializar, sobre todo en temporada estival, miles de pares ya que es el único sitio en tener alpargatas en 32 colores diferentes y 30 números.
Almacén de Pontejos: situado en la Plaza de Pontejos, junto a la Puerta del Sol, fue fundado en 1907 como almacén de mercería para vender todo tipo de hilos, alfileres, abalorios y pasamanería.
La escasez de pequeñas tiendas de barrio donde comprar objetos para la costura, como hebillas, botones o cremalleras, hace que a diario sea visitado por numerosos clientes.
Si tenéis reservados vuestros vuelos baratos a Madrid (cada vez más asequibles gracias a compañías de Low Cost como vueling), cuando veáis algunas de estas tiendas, recordad que forman parte del Madrid más tradicional y castizo. No hay que perder nunca de vista nuestro pasado.
Imagen: Elle